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Descubre tus zonas erógenas

julio 22, 2007

Lo habrás leído más de mil veces: para excitar a un hombre o una mujer, no debes ir directo a sus zonas más privadas, sino recorrer sus zonas erógenas. Pero, ¿dónde están?

Sigue la ruta

«El término zonas erógenas fue introducido por Sigmund Freud. Él sugirió que nuestra sexualidad no puede enfocarse en nuestros genitales, sino más bien en la sensualidad y en la estimulación de muchas partes del cuerpo. Existen determinados lugares del cuerpo con mayor presencia de terminaciones nerviosas. Cada persona tiene más o menos la misma distribución de terminaciones, pero no todo el mundo responde de la misma forma a la estimulación en una zona en particular o al tipo de estimulación», explicó la doctora Stacey Harkins, de la Universidad de Texas en Arlington.

Sigue este mapa y encuentra tu propio recorrido

Para que tengas una guía en esta aventura, Kerry McCloskey, autora de «The ultimate sex diet» y estrella de televisión, confeccionó una lista con todos los lugares del cuerpo que vale la pena recorrer. Tú dirás dónde preferirás pasar la noche…

El rostro del deseo

Boca, labios y lengua. En los labios y en la boca existen muchas terminaciones nerviosas y un apasionado beso es el mejor camino para expresar el deseo.

Párpados de los ojos. La delgada capa de piel que recubre los ojos es sumamente sensible. Además, con los ojos cerrados un beso puede resultar mucho más íntimo y seductor.

Oído y lóbulo de la oreja. Los oídos pueden ser muy sensuales debido al manojo de terminaciones nerviosas que poseen, lo mismo sucede con el lóbulo de la oreja. Este lugar tiene la particularidad de despertar el deseo cuando recibe un mordisco o un soplido suave. Algunas personas también experimentan placer en el canal auditivo, aunque debido a que es una zona muy delicada, hay que hacerlo con extrema suavidad.

Nariz. Frotarse las narices puede resultar un gesto excitante para ambas partes. Lo mismo si ambos se olfatean, puede conducirlos a una pasión animal.

Mente. Como dijo Raquel Welch, «la mente también puede ser una zona erógena». Fantasear y hablarle seductoramente a la pareja puede aumentar también la excitación.

Otros puntos clave

Cuero cabelludo. Al deslizar los dedos a través del cuero cabelludo, se liberan endorfinas, consideradas como las hormonas del placer.

Cuello. Es un área muy sensible, especialmente en la zona de la nuca y en la región de abajo del cabello. Ten cuidado de no besar o chupar demasiado fuerte, ya que puedes dejar marcas, y esto puede ser muy embarazoso para tu pareja.

Muñecas. Hay una razón por la que las mujeres se perfuman esta zona: las muñecas son el lugar donde se toma el pulso. Los puntos del pulso son clave porque es allí donde se puede medir el ritmo del corazón, por lo que si besas o aprietas esta zona, prácticamente tendrás acceso directo al corazón.

Manos y pies. A través de la reflexología, tan popular en este último tiempo, podemos saber que hay algunos puntos en los que si se ejerce presión podemos generar relajación y mejorar la salud. Aparentemente,  en diferentes regiones de los pies y las manos se reflejan varios órganos y sistemas del cuerpo.

Estómago. Las caricias a lo largo y ancho de esta zona pueden encender tanto a hombres como a mujeres. Pero sobre todo, si se estimula un punto en especial, justo sobre la zona genital de los hombres. En muchos casos, si se presiona en este punto, se puede provocar una erección.

Espalda y hombros. Para que el masaje sea más erótico, focaliza en la parte inferior de la espalda. De esta manera, aumentará el flujo sanguíneo a la región pélvica.

Subiendo por los muslos hasta el pecho

Parte interior del muslo. Debido a que se encuentra muy cerca de la zona genital, las caricias en esta zona aumentan notablemente la excitación, en especial si las manos se acercan y alejan de los genitales.

Detrás de las rodillas. En su parte posterior las rodillas poseen una capa de piel extremadamente delgada, lo que genera que los nervios estén muy cerca de la superficie. Esto causa mucha sensibilidad.

Tobillos. Esta zona es especialmente sensible y también «cosquillosa».

Pechos, areolas y pezón. Obviamente, son zonas de estimulación para la mujer. Pero también para el hombre. Muchos hombres no saben que pueden ser estimulados a través de sus pezones. Los pezones se ponen erectos cuando se cargan de energía sexual y el cuerpo segrega una hormona llamada «oxitocina», también conocida como la hormona del placer. Algunas personas, tanto mujeres como hombres, hasta pueden alcanzar el clímax con las caricias en esta zona.

Encuentra una mina de oro

Ano, recto y glúteos. Muchas terminaciones nerviosas yacen en esta región. Sin embargo, no todas las personas responden de la misma forma al contacto en los glúteos y mucho más aún en la zona del ano. Para no provocar rechazo, primero pregúntale a tu pareja si le gustaría que lo acaricies «ahí». Si asiente, hazlo en forma progresiva, no te apures. Existen muchos prejuicios que relacionan el placer en esta zona con una sexualidad indefinida, llévate por tus propias sensaciones y olvídate de lo que dicen los demás.

Perineo. Una de las zonas más erógenas del cuerpo. Se encuentra entre la zona genital y el ano, y contiene infinidad de terminaciones nerviosas. Muchos hombres responden al contacto en esta zona justo antes del orgasmo.

Genitales. Otra zona obvia, para la que no hace falta demasiada explicación. Lo que sí puede decirse es que cuando alcances este lugar, la intensidad será la que te hará perder la cabeza. Como ves, es el lugar perfecto para terminar tu búsqueda. ¡Haz encontrado el oro!

Ahora que conoces los secretos de tu cuerpo, ya puedes dibujar tu propio mapa. Sólo te restará enseñárselo a tu pareja para pueda encontrar el tesoro. ¡Éxito!